La Caprinocultura en México, una estrategia de Desarrollo

DOI: https://doi.org/10.22201/fesc.20072236e.2010.1.1.9

María Magdalena Guerrero Cruz
Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán UNAM

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Contenido

 

Introducción

La caprinocultura en México

Los caprinos, fueron introducidos a México por los españoles, probablemente la mayoría de los animales fueron embarcados en las Islas Canarias,   los estudios genotípicos y fenotípicos, indican una mayor influencia Navarra y Andaluza de las cabras originarias que llegaron a nuestro país,  habiéndose adaptado desde entonces en gran parte al territorio nacional, demostrando ser aptos para una producción pecuaria rentable, pero particularmente una especie muy resistente a la sequía y escases de forrajes, por lo que se ha desarrollado como una fuente de ahorro de muchas familias marginadas. Desde principios de siglo, en nuestro país, han constituido una fuente de trabajo familiar, además de haber demostrado con la producción y transformación de la leche, capacidad empresarial de la especie, en diferentes regiones del país (Mayén, 1989).

art06_cabrita

 

El estudio de las estadísticas ganaderas a través del tiempo, han permitido analizar el desarrollo de la producción caprina mexicana, no obstante que la metodología utilizada en la captura del número de cabezas no ha sido del todo confiable, debido a que en la mayoría de los casos, ha correspondido a estimaciones mediante cuestionarios de inventarios aplicados a los productores; raramente a censos físicos, provocando grandes lagunas en la información. Todo ello consecuentemente ha originado desconfianza de las cifras oficiales o estimadas, como la resultante del trabajo de los 80’s – 90’s y años en que no se realizaron censos agropecuarios para la especie, solamente estimaciones elaboradas por los diferentes programas ganaderos del país, por ello se utilizaron a principios en la década de los noventa y en los primeros años del siglo XXI, dos fuentes de información por una parte los reportes de INEGI y SAGARPA, ahora mediante el SIAP para calcular los semovientes y por la otra los datos de SECOFI para calcular el consumo, además de fuentes no tradicionales de información como el Consejo Mexicano de Caprinocultores (COMECAPRI), las Asociaciones Regionales de la Especie y la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio (ANTAC), elaborando una estimación con mayor confiabilidad del hato nacional y sus productos, actualizando lo publicado con anterioridad (Galina, 2002).

Los sistemas de producción de carne y leche de cabras en México han sido tradicionalmente una manera de utilizar los recursos naturales de baja productividad, como son los agostaderos de las regiones áridas y semi áridas. Más de trescientas mil familias tienen en la caprinocultura una de sus principales actividades. Sin embargo, la producción nacional de carne y leche de caprino ha mostrado una tendencia negativa con una disminución en los últimos años, al igual que el rebaño nacional. Resulta muy importante identificar los problemas que están determinando esa caída, y a partir de ello proponer la política más favorable para el desarrollo de la especie y los recursos relacionados con la caprinocultura. Los productos caprinos tienen en general alto valor al llegar al consumidor final, lo cual no se manifiesta en los ingresos, ni el nivel de vida de los productores primarios. Esto indica un potencial latente de desarrollo, pues los productores pueden participar más adelante en la cadena de valor agregado, siempre que adapten sus procesos a las exigencias del mercado moderno y formen asociaciones para la producción comercialización de sus productos.

art06_asomada

Con estas premisas, se utilizó información recopilada de diversas fuentes, incluyendo publicaciones académicas, estadísticas oficiales y entrevistas a diversos participantes en las cadenas productivas, particularmente  el estudio de FIRA (1999) que tuvo el mérito de hacer un estudio cuidadoso de la especie, estimando sus fortalezas y debilidades para intentar proyectarla como una especie que puede ser sujeta de crédito en un desarrollo empresarial. Aquí se presenta el diagnóstico surgido de ese trabajo, así como las recomendaciones consecuentes para aportar estrategias que permitan solucionar  los problemas que limitan la actividad. Asimismo, se identifican algunas oportunidades de inversión.

En el cuadro uno se elabora un análisis histórico de la población caprina en el país, desde 1930 hasta el 2006, que muestra que en 76 años se registró una tasa de crecimiento del 21.7%, un aumento en el número de cabezas de 1,426,631 desarrollo similar obtenido en la década de 1930  a 1950; por otra parte, se observa un importante ritmo en el crecimiento partiendo de los años 50’s a los 80’s, posteriormente se muestra un descenso importante, en estos trabajos, del número de semovientes para el intervalo entre 1981 a 1991 (Vargas y López, 1991). La crisis económica del país al inicio de los 90´s tuvo un efecto en el número de cabras en México. Posteriormente hubo una recuperación del hato nacional, en el 2001 con los datos del censo ganadero INAGI y SAGARPA, se estimo un censo caprino nacional de 10,275,454 de cabras, históricamente el número más grande registrado en México. A partir de esa cifra en los últimos años se ha observado una disminución de semovientes hasta menos de 8 millones lo que cuestiona seriamente el desarrollo de la caprinocultura en nuestro país, con lo que se abre la discusión si es una industria en crisis.

Cuadro 1 Población caprina en México de 1930 al 2006

Año No. Cabras Crecimiento
Indexado a 1930 1

No. cabras con
Respecto a la década  Anterior

Crecimiento con respecto a la década anterior 100 para 1930

1930*

6,554,129

100.0

100

1940*

6,834,903

104.0

290,774

104

1950*

8,521,854

130.0

1,686,951

125

1960*

9,731,880

149.0

1,210,026

114

1970*

9,191,655

140.0

-540,225

-94

1980*

10,003,876

153.0

812,221

108

1991^

6,803,437

103.9

-3,200,439

-68

1996***

9,566,691

145.9

-437,185

1997***

8,923,300

136.1

-1,080,576

1998***

9,039,907

137.9

-963,969

1999***

9,068,435

138.3

-935,441

2001**

10,275,454

157.2

3,472,170

51

2002***

9,130,350

139.3

2,326,913

2003***

8,991,752

137.1

2,188,315

2004***

8,852,564

135.0

2,049,127

2005***

8,870,312

135.3

2,066,875

-15

2006MG

8,270,425

121.5

1,466,988

2007MG

7,980,760

117.3

1,117,323

-28

  • * Vargas y Lopez 1991
  • ^ INEGI, 1991
  • **INEGI y SAGARPA, 2001
  • ***SIAP, SAGARPA 2005
  • MG Calculado por los autores con base a consumo y distribución de productos

Según las últimas estimaciones del Sistema de Información Agrícola y Pesquera de SAGARPA (SIAP, 2008), en México hay una población de 8,870,312 animales; de ellos el 87% de los semovientes de esta especie se ubica en el área rural, en las regiones áridas y semiáridas, sitios donde se han localizado el  mayor número de cabras. Cinco son los estados de principal importancia por la cantidad de caprinos: Oaxaca, Coahuila, San Luis Potosí, Puebla y Nuevo León que en conjunto contribuyen con el 47% del inventario nacional. Sumando, en diez estados se contabilizan las tres cuartas partes de la población caprina, como se resume en el cuadro 6 (INEGI, 1991). Por otro lado, la región norte-centro aporta aproximadamente el 45% de la producción  nacional de leche de cabra (DGEA, 1989).

Cuadro 2 Número de cabras nacional y por estado, censo agropecuario 1991

Estado No. de cabras Porcentaje (%) Porcentaje (%) acumulado
Oaxaca

951,776

10.9

10.9

Coahuila

949,178

10.7

21.6

San Luis Potosí

854,867

9.7

31.3

Puebla

730,771

8.3

39.6

Nuevo León

688,282

7.8

47.4

Zacatecas

585,863

6.6

54.0

Guerrero

572,781

6.5

60.5

Guanajuato

548,020

6.2

66.7

Hidalgo

397,348

4.5

71.2

Tamaulipas

335.042

3.8

75.0

Chihuahua

299,813

3.4

78.4

Durango

288,493

3.3

81.7

Michoacán

245,345

2.8

84.5

México

190,994

2.2

86.7

Baja California

175,748

2.0

88.7

Sinaloa

150,595

1.7

90.4

Jalisco

150,082

1.7

92.1

Querétaro

141,996

1.6

93.7

Veracruz

129,858

1.5

95.2

Sonora

110,552

1.2

96.4

Total

8,870,312

100

  • SIAP, 2005

Con casi 9 millones de cabezas (SIAP, 2005), la población caprina de México es la segunda de América y la doceava del mundo. Aunque las cabras contribuyen modestamente a la producción nacional de leche y carne (120-150 millones de litros y 36,000 toneladas cada año, 2% y 1% respectivamente), son importantes desde el punto de vista social, ya que representan un medio de ingreso y fuente de alimentos para numerosas familias campesinas, principalmente en las zonas áridas y semi áridas del norte de nuestro país y en la Sierra Madre del Sur entre Puebla, Oaxaca y Guerrero.

La cría y producción de cabras es todavía hoy una actividad principalmente de tipo familiar. Se estima que más de 320,000 familias participan en ella, trabajo que contribuye a arraigarlos en el medio rural, evitando que emigren a zonas urbanas o salgan del país.
La mayoría de las unidades productivas se conforman de pequeños rebaños manejados directamente por un pastor o una familia, la cual realiza todas las actividades de manejo. En términos generales, estas unidades son marginadas, escasas en infraestructura y sus niveles de productividad son muy bajos.

Los sistemas productivos que predominan, aunque debido a los costos de tierra están en franco retroceso, desapareciendo las grandes unidades colectivas de pastoreo, son los de escaso uso de tecnología (extensivos). El uso de suplementación en  épocas de sequía, es el elemento fundamental para medir el uso de tecnología que se refleja en los índices de productividad. Estos sistemas utilizan tierras muy poco productivas, en donde la caprinocultura es la actividad más viable para aprovechar la baja producción de materia vegetal. Como consecuencia de esa aptitud competitiva en condiciones precarias, se ha asociado a la ganadería caprina con la pobreza, aunque existan suficientes ejemplos de la falacia de esa idea. Hay experiencias en la Comarca Lagunera y el Bajío en donde la ganadería caprina tradicional se ha ido transformando en una importante actividad bien integrada, con buenos indicadores productivos y económicos (FIRA, 1999).

Un gran problema en los sistemas de pastoreo extensivos, es en muchos casos el grave deterioro de los recursos vegetales que ha ocurrido en ellos debido a su deficiente manejo. No se ha resuelto la forma de administrar adecuadamente las tierras comunales, pues de la manera en que se explotan actualmente, se contrapone el beneficio inmediato de cada productor individual con la preservación o mejoramiento del recurso. Por otra parte, los cambios ocurridos en la vida moderna han hecho cada vez menos aceptable el estilo de vida pastoril tradicional, y esta falta de adaptación es otra de las limitaciones de los sistemas extensivos. Es una necesidad imperativa la solución de estos problemas, si se desea mantener a la caprinocultura como alternativa de desarrollo en las regiones en donde tradicionalmente ha existido, múltiples trabajos de innovación tecnológica para mejorar estos sistemas han sido desarrollados en México (Galina et al., 1993; 1995b; 1995c; 1998a; 1998b; 2000; 2009).

La situación discutida con anterioridad ha originado problemas de abastecimiento a la industria y a la comercialización de los productos caprinos. Independientemente de la atención directa a los problemas de los sistemas extensivos, se presenta la posibilidad de producir leche y carne de cabra en forma rentable y sustentable en sistemas semi intensivos e intensivos, aprovechando los recursos humanos y naturales existentes en numerosas zonas agropecuarias de nuestro país. El transporte de los productos ha sido un problema clave para el desarrollo de cooperativas, debido a que las cabras se encuentran frecuentemente alejadas de las vías de comunicación.

art06_cabra

La caprinocultura como rama de la ciencia ha recibido comparativamente poca atención, tanto a nivel mundial como nacional. En el ámbito nacional, la mayoría de las publicaciones abordan aspectos técnicos de la producción primaria, o de sofisticadas técnicas de algunos de los elementos de la producción como trasplante de embriones, pero en general hay poca información sobre el procesamiento y el mercadeo de sus productos, por ejemplo hemos demostrado que los productores giran del sector primario, producción de leche, al sector secundario, instalación de una quesería y una marca reconocida, al sector terciario, venta y comercialización de productos como la  marca, Laclette (ahora de Carol) . Otros distribuidores de queso complementan su demanda adquiriendo los productos sin etiquetas o de importación, abriendo sus mercados a otros productos no lácteos. Esto demuestra la falta de regulación del sector en los aspectos de quesería. Sería una acierto organizar a los elaboradores y comercializadores de queso de cabra en un sector que se una por intereses de regulación del mercado, sin que tenga que ver con la especie o el sector primario ya que se pueden elaborar y comercializar quesos de cabra, de oveja, de vaca o mixtos, sin que por el momento exista una regulación por producto.

La integración de los caprinocultores por medio de sus Asociaciones, un programa mixto de inversión por parte de los productores. Subsidio de SAGARPA-PROGAN, programas de cadena completa financiados por FIRCO, Financiera Rural y FIRA dentro de la Banca de Desarrollo o programas de rentabilidad alta financiada por la banca privada son esquemas de Caprinocultura Empresarial Integrada qué serán los ejes del desarrollo de la propuesta. Las empresas caprinas tienen qué demostrar factibilidad de retorno de capital, ganancia y capacidad de financiamiento qué implica poder absorber tasas de financiamiento de mercado. Otras industrias paralelas como la de queso de oveja o de vaca, maduradores de queso en cavas y otras aguardan la primera etapa de consolidación de la especie.

A pesar de que en los años 70 México estuvo entre los diez países con mayor inventario a nivel mundial, su producción no alcanzó los niveles de los diez países sobresalientes. A diferencia de México, estos países están avanzando en sus niveles de producción, en tanto que nuestro país ha venido mostrando una tendencia al estancamiento o decrecimiento productivo.

Referencias

DGEA.(1989): Dirección General de Economía Agrícola. Secretaria de Agricultura y Recursos Hidraúlicos. México.

FIRA. (1999): “Oportunidades de Desarrollo en la Industria de la Leche y Carne de Cabra en México”, Boletin Informativo Número 13, Volumen 32 Noviembre FIRA, México

Galina, M.; Palma, J.M.; Morales, R.;  Hummel, J. y Aguilar, A. (1993): “Manejo nutricional de la cabra lechera en un sistema de pastoreo en agostadero y sobre esquilmos agrícolas con suplementación”, XVIII Congreso Nacional de Buitría. México, D.F. pp 325-327

Galina, M.; Palma.G.; Pacheco,D. and Morales, R. (1995b), “Effect of goats milk, cows milk, c
alves replacement  and partial substitution with whey of the replacement mixture in artificial feeding of lactating female kids”, Small Rum.  Res.  (2)153-158

Galina, M.; Pacheco, D.; Silva, E.; Palma, J. and Hummel, J. (1995c), “Fattening  goats with sugar cane sprouts, corn stubble, protein concentrate, molasses and urea”, Small Rum. Res. 3:227-233

Galina, M.; Puga, D.; Hernández, A. and Haenlein, G. (1998ª), “Biodiverse and growing goats pasturing shrub land in Mexico”, Small Rum. Res. (36):33-42

Galina, M.; Morales, R.; Jimenez, S. y Haenlein, G. (1998b), “Performance of dairy goats pasturing shrub land in Mexico supplemented with urea molasses mineral block”, Adv. Agric. Res. 27 (1) 19-23

Galina, M.; Guerrero, M.; Serrano, G.; Morales, R. and Haenlein, G. (2000), “Effect of complex catalytic supplementation with non protein nitrogen on ruminal ecosystem of growing goats pasturing shrub land in Mexico”, Small Rum. Res. 36:33-42

Galina, M. (2002), “Los productores de queso de cabra en México. Fortalezas y Debilidades”, Simposio Internacional sobre Caprinocultura. IGA y URG Querétaro. Querétaro.

Mayen, M. (1989), “ Explotación Caprina”. Ed, Trillas. México. pp 9 -15.

INEGI. (1991). VII Censo Agropecuario. México. 45 pp

SAGARPA. 2008. Sistema de Información Agrícola y Pesquera SIAP. www.sagarpa.gov.mx

Vargas L., S. y R. López T.(1991), “Investigaciones en Caprinos en el Norte de México”, UAAAN. Saltillo, Coah., México, 1991

Vargas, S. y López,  R. (1991). “Productividad caprina”. Universidad Autónoma Antonio Narro. Coahuila, México. 1-10

 

Author: RUDICS

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