La prensa industrializada en el período presidencial de Venustiano Carranza. El Universal: Diario Político de la Mañana.1
DOI: https://doi.org/10.22201/fesc.20072236e.2012.3.5.7
Yazmín Rivera C.
Alumna de la Maestría en Bibliotecología en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM
Los diarios o periódicos son una fuente de información primaria de singular importancia, ya que han sido testigos de los avances o retrocesos de la sociedad, por ende, del quehacer bibliotecológico, al tener la bibliotecología la finalidad de preservar, conservar, organizar, gestionar y hacer accesible el contenido de las mencionadas fuentes. De esta forma, podemos decir que es incuestionable la importancia del estudio y análisis de la prensa diaria.
En este sentido, podemos reconocer que la mayor cantidad de impresos que circulan; en la segunda mitad del siglo XIX y la primera del siglo XX en particular en la capital del país están relacionados con temas políticos, además de estar envueltos en un panorama polémico, ya que los mismos acontecimientos invitaban a la reflexión y a tomar la pluma para defender o contrariar cualquier idea, personaje o actuación. Los periódicos proliferaron, y, al mismo tiempo, tuvieron una corta existencia dependiendo del ambiente político, económico y social del momento, generado por la inestabilidad imperante. Por ello, el interés de analizar particularmente El Universal, un diario que surge en plena revolución mexicana, logrando mantenerse por más de 95 años.
Así, podemos decir que al momento en que se desata la guerra con los Estados Unidos, la cual puso al país en serios conflictos internos, donde las diversas clases sociales reclamaban el reconocimiento de sus derechos y exigían un verdadero programa administrativo, supresión de alcabalas, colonización, reformas de la hacienda, el ejército y el clero, arreglo de la deuda interior y exterior, extinciones de fuero, educación para el pueblo, nación libre, soberana e independiente, la prensa jugó un papel decisivo para manifestar dichos requerimientos en pro de la lucha social, tal es el caso del naciente diario El Siglo XIX y El Monitor Republicano, sin embargo, para contrarrestar las ideas liberales aparecieron también El Tiempo y La Patria, ambos de vida efímera. La lucha ideológica de liberales y conservadores a través de las letras, propició que se restringiera la libertad de prensa durante la última dictadura de Santa Anna, lo que trajo como consecuencia el auge de revistas literarias.
En el periodo denominado la Reforma resulta ser el periodo de mayor producción periodística, ya que se reanuda la libertad de expresión a través de la Constitución del 5 de febrero de 1857, en su artículo 7°, donde intervinieron intelectuales de la talla de Guillermo Prieto, Ignacio Ramírez, José María Lafragua, entre otros, los cuales defendieron principios republicanos, liberales y democráticos. En este periodo cabe resaltar periódicos como La Sociedad, La Orquesta, El Pájaro Verde, etc. Así, podemos destacar que salieron a la luz numerosos y diversificados periódicos. Todas las ciudades y estados de la República contaban ya con su propio órgano informativo.
Se da una fuerte conciencia de plasmar sus ideas en las páginas de los diarios para lograr un liberalismo tan deseado en esa época. El principal reflejo de la labor periodística es evidente en los trabajos publicados a raíz del Congreso Constituyente donde son profundizados los asuntos de garantías individuales, educación, económicas, de gobernabilidad, entre otras. Es así que el periodismo empezó a enfocar los problemas laborales, desarrollando una prensa obrera liberal que reflejara las peticiones de organizaciones sociales, tal es el caso de la familia Ahuizote. Asimismo, es promovida la caricatura en la prensa.
Sin embargo, la era de la polémica empezaba a declinar y a dominar una nueva generación de hombres menos políticos y más pragmáticos: la generación de Porfirio Díaz. Así surge un periodismo moderno a la par de los avances en el país, característico por su contenido científico sin dejar de lado la política. A este respecto, el sistema político implementado por Díaz se vuelve autoritario y modifica la legislación sobre la prensa, reprimiéndola y controlándola a través de subsidios. Aparecen órganos periodísticos como El Diario del Hogar, La libertad, El Imparcial, El Mundo Ilustrado, El Demócrata, El Globo, El Nacional y El Tiempo, entre otros. Por lo tanto, el porfiriato fue una época aciaga para las letras, ya que se perseguía a sus directores y redactores, incautándose los materiales como la tinta y el papel y en muchas ocasiones la imprenta.
A la salida de Porfirio Díaz del poder, surge una preocupación gubernamental por la influencia de la prensa en el nuevo orden presidencial. De esta manera el interinato de León de la Barra y el gobierno de Madero fueron la edad de oro de la prensa, debido a que es manifiesta una apertura a la libertad de expresión, ya que sus principios democráticos se los marcaba. Dicha situación trajo como consecuencia: el descontento del régimen militar y el país queda bajo el gobierno de Victoriano Huerta y posteriormente de Venustiano Carranza, así surge la prensa constitucionalista con títulos como: La República, El Progreso, La Voz de Sonora y El Constitucionalista.
El rompimiento definitivo entre los grupos antagónicos de Carranza, Villa y Zapata propició la propaganda periodística y fomenta la aparición de órganos de prensa destinados a difundir sus programas políticos. Por tanto, la prensa de la Revolución se acoge a la protección oficial, pero respeta la libertad de expresión y está dirigida a las clases sociales trabajadoras.
Al comenzar el siglo XX, cambia la perspectiva que los lectores tenían de los periódicos decimonónicos, los cuales estaban destinados a debatir y a emprender la lucha política entre facciones por el surgimiento de la concepción moderna del periodismo donde predominaría el reportaje y la noticia que buscaban la neutralidad. No pretendían formar parte de un partido político, sino buscar exponer un contenido profesional con artículos literarios y noticias objetivas, oportunas y veraces. Adicionalmente, se buscó reorientar el objetivo de la prensa de acaparar la atención de lectores de la clase trabajadora por todo tipo de lectores, sin distinción de ideas políticas, culturales, de género y religiosas.
Ante escenarios de cambio, la aparición de El Universal: diario político de la mañana, abre un novedoso estilo de periodismo, debido a que incorporó un nuevo sentido a la información, considerando entre sus principios una serie de políticas que la formaron como empresa periodística: independencia, honestidad, equilibrio, respeto y responsabilidad. Así, puede afirmarse que es la primera empresa mercantil, debido a que ya no es contestataria, sino que propone y discute ideas.
Entre los factores que hicieron posible estas transformaciones fueron las siguientes:
- Conformación de un cuerpo laboral
- Ejemplares más baratos
- Multiplicación de las copias
- Público más amplio
- Inclusión de imagen – texto
- Multiplicación de número de columnas
- Alardes tipográficos: diversos tamaños de letras y la utilización de viñetas
- Procesos de transmisión de información: utilizando cables submarinos y líneas telegráficas
- Corresponsales nacionales e internacionales
- Convenio con Agencias de Noticias
- Estructura dividida en secciones
- Tratamiento de diversos temas
- Lectores heterogéneos
- Inclusión de concursos
- Inserción de publicidad o propaganda
En este periodo el contenido de la prensa dio un giro radical, y pasó del dominio de los editores políticos a la supremacía de empresarios industriales, asimismo, de una prensa de opinión a una prensa informativa.
Finalmente del análisis hecho a los titulares sobre Venustiano Carranza y su gabinete durante los cuatro años de su periodo, deducimos que fue neutral; El Universal no se inclinó hacia el gobierno constitucionalista, respetando siempre su principio de independencia, a pesar de que Palavicini, director del diario manifestó ser amigo leal de Carranza, su empresa no sería esclava de ningún gobierno.
Al llevar a cabo una investigación de esta índole, concluimos que las características de la prensa la hacen un material particularmente valioso, pero de consulta, uso e interpretación difíciles. De esta forma, el análisis de contenido no puede ser general, se requiere de un diseño para cada investigación que sea emprendida. En consecuencia, al ocuparse de la prensa como objeto de estudio, se encontró que existe una gran deficiencia en los catálogos para localizar dichas fuentes primarias, también, la falta de una historia general de la prensa mexicana, la cual esté justificada con criterios científicos que demuestren la relación entre ésta y cada etapa de la vida política, económica, social y cultural del país.
Por lo tanto, el incluir en los planes de estudio de la carrera de bibliotecología, el análisis de contenido de la prensa ayudaría a fortalecer la historia de la disciplina, así como del desarrollo de fuentes de información y, por lo tanto, dar solución a las deficiencias presentadas en la búsqueda de las mismas.
1Síntesis de la tesis sustentada para la obtención del grado de: Maestra en Bibliotecología y Estudios de la Información.