El discurso de una nueva Indonesia y la “sublimación” de antiguos tiempos de oscuridad: Un acercamiento al discurso político de Indonesia por medio de los sitios web de sus principales actores sociales

DOI: https://doi.org/10.22201/fesc.20072236e.2013.4.7.2

The discourse of a new Indonesia and “sublimation” of old times of darkness: An approach to Indonesian political discourse through the web sites of its main social actors

Juan Castillo Castañeda
Facultad de Filosofía y Letras UNAM

PDF  Borobudur-Buddhist-Temple-Indonesia

 

Resumen

Uno de los principales cambios en esta década del siglo XXI está en las formas de comunicación; el internet juega un papel trascendental trastocando la manera de esa comunicación en los ámbitos de globalización, política regional e investigación. En Indonesia, esta coyuntura ha propiciado que los actores sociales creen páginas web y en ellas expresen sus deseos libremente aunque en un canon discursivo común. Estos sitios web que muestran ideas condensadas de gran parte del juego político de Indonesia son al mismo tiempo una nueva manera de hacer política, una nueva fuente de información que no podemos desaprovechar.

Palabras clave

Indonesia. Siglo XXI. Geopolítica. Estética. Historia.

Abstract

One of the main social changes in this second decade of the 21st century is the communicational ways; internet plays a crucial role changing the way of that entire communication in the political, regional and investigative globalization terms. In Indonesia, this juncture has encouraged social actors to create websites where they are able to express their wishes loosely using a common discursive canon. This websites, that show condensed ideas of an important side of Indonesia’s political game, are at the same time a new way of making politic, a new source of information that we shouldn’t waste.

Keywords

Indonesia. 21st Century. Geopolitics. Aesthetic. History.

 

Introducción

Este trabajo es una de las investigaciones realizadas dentro del seminario de investigación Relatos mediáticos de la globalización, de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. El artículo está enmarcado en los problemas de la geopolítica contemporánea, principalmente por la saturación mediática.

La metodología sincretiza el análisis del discurso como simulacro de interacción textual y la consideración de las manifestaciones estéticas como producto de un inconsciente político. Así mismo busca que la investigación sea lo más polifónica posible, acercándose a las facciones dentro de la aparente homogeneidad de las clases sociales.

Para este trabajo, en el que tuvimos la fortuna de contar con la colaboración de amigos indonesios en la lectura de algunos términos y en fructíferas pláticas, aunque fueron consideradas múltiples expresiones de la política de Indonesia, como lo son los discursos de su presidente, las declaraciones de las principales confederaciones obreras, la historia narrada por el ejército y las asociaciones campesinas además de otras expresiones como el cine indonesio y la cultura popular; el estudio únicamente toma como fuente de información y acercamiento a la vida política de Indonesia, los sitios web de los principales actores sociales:

a) La clase política formada durante la independencia de Indonesia y que ha enfrentado problemas de legitimidad y separatismo.

b) El ejército de Indonesia (TNI) que ostentó el poder por más de 32 años, durante los cuales poseía un dominio casi total del resto de la población.

c) Las grandes confederaciones obreras; de muy reciente creación pero capaces de movilizar a más de 6 millones de trabajadores.

d) Algunas asociaciones de campesinos como Asian Farmers y Aliansi Petani Indonesia que aunque se encuentran en una situación más bien de olvido gubernamental, tienen una muy fuerte capacidad de autogestión. La mayoría de los estudios sobre Indonesia han puesto énfasis en la situación del islam o en la intervención estadounidense, considerando como eje central de la política indonesia la religión y las relaciones exteriores.

El estudio de sus actores sociales internos ha sido escaso; si acaso se ha tomado al pueblo indonesio de una forma un tanto homogénea. No se ha tomado en cuenta tampoco la estética generada por cada facción. Este descuido es explicable porque antes de 1998 se vivía una dictadura que monopolizaba la información; los deseos particulares de los estratos sociales se encontraban prácticamente reprimidos; sin embargo actualmente, los cambios geopolíticos recientes han permitido un crecimiento de estas voces antes calladas; y con el cambio tecnológico como el internet, se ha facilitado la expresión y difusión de las aspiraciones de cada grupo social.

No es equivocado hacer un acercamiento a la política de Indonesia por medio de las leyes actuales o los discursos del gobierno, pero la libertad con que cada sector de la población se expresa en su espacio web es un testimonio invaluable para el conocimiento del inconsciente político.

La investigación pretende que este tipo de acercamiento posibilite resolver las siguientes cuestiones

1.- ¿Cuáles son los elementos comunes que presentan los discursos en las páginas web de los diferentes actores sociales de Indonesia?

2.- ¿Podría haber un trauma inconsciente generalizado en estos elementos comunes?

3.- ¿De qué manera hay una sublimación de ese trauma en el discurso; cuál sería la solución que este produce y ofrece para sus escuchas y emisores?

4.- ¿Podría hablarse de un canon del poder generalizado en Indonesia?

Antes de proceder al análisis de los relatos mediáticos, es necesario enunciar la situación geopolítica de Indonesia, para explicar por qué fueron seleccionados determinados actores sociales.

Localizando a los actores

En Indonesia, un territorio paradisiaco de 1.904.569 km² con más de 17000 islas, y 242, 325,638 de habitantes (Banco Mundial, 2011), fue donde en Abril de 1955 Nehru de la India y Sukarno de Indonesia, reunieron en Bandung, capital de Java occidental, a los representantes de más de 25 países en torno al anticolonialismo y para manifestar los ideales de un nuevo mundo (Chesneaux, 1969).

Aspiraciones cortadas en 1965 por una de las dictaduras más cruentas; aquella que en un par de meses mató a casi un millón de personas acusándolas de filiaciones comunistas (Bianco, 1976) (Grunebaun, 1975) y que no dejó el poder hasta 1998. En esos años, la dictadura monopolizó la información y los medios, valiéndose de presentarse como portador de los más nobles ideales javaneses como el respeto al padre, la búsqueda de la harmonía y el orden, para legitimar su autoritarismo y su forma de actuar contra las tendencias separatistas u opositoras (Sarsito, 2006).

Pero hoy Indonesia no es la colonia holandesa de antaño o el enclave estadounidense de hace medio siglo. Han surgido nuevos actores sociales producto de una compleja historia. Los militares que en un momento fueron uno con el régimen y que han cambiado su estructura por la presión de las políticas internacionales. La organización obrera, que ha crecido en medio de la explotación y una búsqueda por internacionalizarse para liberarse de esta; y una cambiante clase política que lucha por gobernar un país diverso, con una posición geopolítica privilegiada y en medio de potencias extranjeras.

Si bien los militares y los partidos islámicos le negaron el apoyo a la dictadura en 1998, fue el rechazo nacional a los planes de austeridad del fondo monetario internacional (FMI) en medio de la crisis económica asiática de 1997, lo que realmente puso fin a aquella dictadura. Durante la transición y los años siguientes se vivieron tiempos inciertos; los niveles de desempleo llegaron a casi 40% y cerca de 2 millones de indonesios salieron de su país para trabajar por menos de 3 centavos de dólar la hora (Escobedo Torres, 2007), y a la debilidad de la economía doméstica indonesia se le sumó la inestabilidad política (Quinn, 2002). Sin embargo a raíz de la caída de la dictadura, y pese a todos sus problemas, Indonesia redujo sus niveles de desempleo, actualmente de 6% y aumentó el salario mínimo 40% en menos de un año, actualmente de 230 dólares al mes en su capital Yakarta, además de que se ha convertido en un país con una influencia regional considerable y una creciente clase media (Banco Mundial 2013). Las principales causas de este cambio son además del cambio de régimen: la descentralización de sus socios comerciales e incremento de relaciones bilaterales en la cooperación sur-sur; consolidación de las organizaciones obreras y el crecimiento económico de China.

Solo para ejemplificar esta primera afirmación, en 2007, Indonesia y Argentina intercambiaron productos por valor de 637 millones de dólares; para 2011 esta cifra creció hasta 2,000 millones (Argentina en noticias 2013). De la misma manera, en el último año Indonesia ha aumentado su comercio bilateral en 40% con países del D-8 como Pakistán, Irán, Nigeria y Egipto (Presidencia de la Republica de Indonesia 2013). Al igual que ha recurrido a su alianza estratégica con las naciones del sudeste asiático, actuando como el jefe de un bloque que aglutina a más de 600 millones de personas y que juntas, son el tercer socio comercial de China. Años atrás Indonesia mantenía un comercio muy estrecho hacia Estados Unidos y a Japón; este era de 13 mil y 16 mil millones de dólares respectivamente; pero poco a poco Indonesia ha descentralizado su comercio (Prochile, 2013); aunque se ha mantenido un fuerte interés por parte de Japón sobre todo para que Indonesia no se pierda como un socio comercial, pues podría ser de gran utilidad para la recesión que vive Japón (Noda, Y. 2012); esfuerzo compartido por otros países del G-7, como Inglaterra en la firma de un contrato por 12 000 millones de dólares entre British Petroleum, y el gobierno de Indonesia (Gobierno del Reino Unido 2012). La segunda causa del posible crecimiento de Indonesia es el ascenso económico de China, con quien su comercio bilateral se estima debe ascender a 80, 000 millones de dólares para 2014 (El diario del pueblo 2010). China tiene más posibilidades de beneficiarse de una creciente clase media indonesia y del fortalecimiento del mercado interno en de este país.

El tercer factor, es el fortalecimiento de los sindicatos, lo cual ha beneficiado al mercado interno. Estos son prácticamente nuevos, pues durante la dictadura fueron coartados, así que lo que surgió después no eran gremios que defendían sus privilegios, sino una población terriblemente golpeada por los años de políticas de austeridad, sin ningún tipo de seguridad social, (KSBSI, 2013). Los primeros sindicatos de los años 90 no eran de más de mil personas; las condiciones para la formación de estos se dio durante los gobiernos de la transición pero desvinculados del aparato de gobierno; nacieron prácticamente de la indiferencia, de manera similar a las organizaciones de agricultores de la AFA o de la API que al no encontrar apoyo en el gobierno, se organizaron por su propia cuenta. Organizados en organismos como la Confederación sindical de los trabajadores de Indonesia (KSPSI). Confederación de los obreros de Indonesia (KSPI). Confederación de Sindicatos para la prosperidad de Indonesia (KSBSI) y liderados principalmente por los trabajadores metalúrgicos de la FSPMI, han conseguido poco a poco avances en mejorar sus condiciones. Recientemente se unieron las confederaciones en el comité MPBI, que es capaz de movilizar a más de 6 millones de trabajadores.

En octubre del 2012, este comité organizó una huelga en la que dos millones de personas mediante una larga jornada y barridos de fábrica lograron el actual incremento del salario mínimo, de 150 a 230 dólares al mes. La Indonesia actual, se ha formado por actores muy diversos, pero que han coincidido oportunamente. Los actores políticos seleccionados emergen de estos cambios en Indonesia durante los últimos años y en su papel emergente como futuros jugadores clave: La clase política, el ejército, los agricultores y la organización obrera.

El simbolismo del poder

Antes de continuar debemos aclarar si hay una regla del poder o una ideología dominante en Indonesia. Existe una mayoría islámica, pero está dividida en varias escuelas. A partir de 1998 la policía, el ejército y los políticos se encuentran al menos formalmente separados. No hay entonces alguien que monopolice el pensamiento nacional; lo que hay es una especie de forma discursiva de supervivencia, un precepto de expresión, una forma de comunicación común.

Indonesia también vive un proceso de democratización que ha hecho más diversa la forma en que se representa el poder. Sin embargo en esta “libertad” que recientemente se permite, se hallan los primeros elementos comunes para un acercamiento a los cánones del poder. Consideremos pues que la clase política es la primera instancia en simbolizar el poder. En lo que se refiere a la ideología oficial, Susilo Bambang Yudhoyono, presidente de Indonesia, afirmó en 2006 que había que parar la discusión sobre cuál debería de ser la ideología de Indonesia (Seo M. 2012); siendo esta “El Pancasila”.

La palabra “Pancasila” puede traducirse como “cinco principios”. Es una ideología manifestada en los tiempos de la independencia de Indonesia, pero gestada durante los primeros movimientos anticolonialistas. Estaba pensada como una ideología capaz de unificar a los muy distintos pueblos que habitan en los territorios de Indonesia, de tal forma que en su discurso más que usar palabras, se vale de símbolos gráficos. Una descripción general de la plástica del “Pancasila” sería la siguiente: Un águila con las alas extendidas que en su pecho porta un escudo dividido en cinco; en el cual hay un árbol, una cadena, unas espigas, un toro, y en el centro una estrella. La descripción de los elementos por separado nos podría ayudar a entender si hay una guía discursiva que incluya también otros sectores sociales.

También nos ayudará a ver por qué se ha planteado el “Pancasila” como ideología oficial (Yakarta Post 2006). Sin embargo este acercamiento no lo haremos solo por la parte filosófica explícita, para la que podrían consultarse muchos otros estudios que incluso tratan la relación interreligiosa (Steenbrink, 1998); sino al compararlo con el uso que le da la clase política que, como ya lo habíamos mencionado, son en buena medida, quienes se ocupan de simbolizar el poder. El águila: No es meramente la representación de un animal sino de un personaje: Garuda, que es una figura de la mitología hindú, la cual es prácticamente un guerrero; combate demonios, devora serpientes, es un símbolo de poder, casi bélico; de hecho, remite a la proclamación de la independencia Indonesia (17-8-1945) con el número de sus plumas. En sí es un símbolo del poder nacional. Es también el elemento más carismático del “Pancasila”.

El Partido “Movimiento por una Gran Indonesia”, pudo ser un duro competidor en las elecciones del 2009 gracias al impacto causado por este símbolo (Gerindra, 2013); este partido fue fundado por Prabowo Subiyanto, un militar retirado, ex yerno del dictador Suharto y compañero generacional del actual presidente Susilo Bambang; todos con pasado militar. El Garuda podría ser uno de los símbolos que más subliman el pasado dictatorial, se usa incluso en la empresa de alimentos Garuda Food, la cual también fue fundada por un militar retirado (Garuda Food, 2013). El toro (Banteng): El búfalo de agua representa en la visión de Indonesia el trabajo realizado en el campo y en el “Pancasila”, juega la idea de que el pueblo debe ser conducido por la sabiduría, pero por la sabiduría emanada del mismo. El símbolo del Banteng es usado por el Partido “Demócrata de Indonesia para la lucha”, dirigido por Megawati Sukarnopitri, hija del padre de la independencia de Indonesia; que aún conserva la búsqueda por la soberanía nacional que tenía su padre, la cual debía de emanar del pueblo trabajador (Partido Demócrata para la Lucha, 2013). La cadena (Rantai): Este símbolo atañe a la comunidad musulmana de Indonesia.

La cadena en el Islam hace referencia a la unidad de la comunidad (Kung, 2006), tan importante en los principios musulmanes. Por tanto en el “Pancasila” es una forma de decir que se debe de estar unidos. Llama la atención que este símbolo musulmán no se reproduce en ninguno de los partidos Islámicos. La iconografía de estos es muy diferente, los tres principales partidos, el PPP también llamado, “gran casa de los musulmanes” usa la insignia de la Kaaba, en sí busca los intereses del Islam (PPP, 2012) más que de la comunidad de Indonesia, a diferencia del PKS que aunque hace una defensa de los intereses de la comunidad islámica, solo lo hace en términos aceptables por la idea del Estado unitario de Indonesia y no usa la cadena sino una espiga dorada. (PSK, 2013). Los otros dos partidos que apelan al Islam son el PAN y el PKB; sin embargo no tienen tampoco una unidad iconográfica; sino que son brazos de organizaciones separadas: Muhammadiyah y Nahdlatul Ulama, respectivamente.

En su auto descripción histórica, no se remiten a la independencia sino mucho antes, hasta los tiempos de los primeros intentos anticolonialistas antes incluso que de la princesa Kartini; (Muhammadiyah, 2013) (Nahdlatul, 2013). Sintomáticamente, esto significa que no apelan al “Pancasila” ni a la independencia en su ideología, como si se bastaran ellos solos; sus partidos políticos defienden una ideología prácticamente independiente. Estas dos escuelas, aunque parecidas en la teoría son diferentes como grupo de poder; acentúan una diferencia iconográfica en las insignias de sus partidos; Nahdlatul con el PKB y la insignia del mundo, de un islam cosmopolita (PKB, 2013) y Muhammadiyah y el PAN, con la luz del iluminador, (PAN, 2013); su fundador es KHA Dahlan, quien buscó una restauración del islam original, que no estuviera tan mezclado con la mística de las religiones locales. El tema de las escuelas del Islam en Indonesia es sin duda muy amplio, pero podemos arriesgarnos a afirmar que salvo los leves intentos del PKS, los otros partidos no apelan al “Pancasila”. El árbol (Beringin): El significado de este símbolo es algo ambiguo; se entiende que es una alusión a la unidad de Indonesia, pero esto sería similar a la cadena mencionada anteriormente.

El beringin es una especie de higuera que tiene varios significados dentro de la mitología javanesa; entre muchas afirmaciones una de ellas es que protegen al pueblo al que pertenecen; sin embargo, no podemos asegurar ningún significado claro. Pero intriga que haya sido usado por el partido del Golkar, quien gobernó todo el periodo de la dictadura y que paradójicamente usaba las espigas: padi dan kapas, símbolo de la justicia social. Podemos decir que se refieren a los nobles ideales javaneses usados para legitimar acciones atroces (Sarsito, 2006). Ningún otro partido político salvo el propio Golkar, ha retomado estos elementos. La Estrella, simboliza la unidad en la diversidad.

A diferencia de la cadena que alude a eslabones similares o al árbol que es un símbolo de unidad basada en el respeto y la harmonía un tanto paternalista; la estrella simboliza la unidad de Indonesia toda, haciendo énfasis precisamente en las diferencias. Se habla de una creencia en un Dios, pese a las múltiples formas de este, aunque de alguna manera se encuentra protegido por el águila, es este el corazón del “Pancasila”.

Una unidad que trasciende religiones, políticas y etnias; este símbolo ha sido usado por el partido demócrata que dirige el actual presidente Susilo Bambang Yudhoyono (Partido Demócrata, 2013). Tenemos pues una pista de que el discurso político de Indonesia vigente, tiene que ver con la necesidad de unidad.

La Presidencia de la República

En los discursos del presidente de Indonesia Susilo Bambang Yudhoyono, la constante es la intención unitaria. Puede dirigirse a los militares, o a diferentes sectores religiosos, ya sea que felicite a los católicos en navidad, que le recuerde a la minoría protestante su importancia para la República, trayendo a la memoria a T. B. Simatupang, un héroe de esta religión que participó en la independencia de indonesia (Yudhoyono, 2011) o a los musulmanes en El Ramadán, invitándolos a convivir armoniosamente la ciencia y la religión (Yudhoyono, 2011).

De muchas maneras se trata de vincular a cada habitante con los intereses nacionales. Al momento de presentarse a sí mismo lo hace dando una imagen de hombre cosmopolita, que si bien participó como integrante del ejército lo hizo capacitado y activo internacionalmente; además hace gala de una formación acorde para ello: “He was educated in the United States, where he received his Masters degree in Management from Webster University in 1991.

He continued his study and earned a Doctorate Degree in Agricultural Economics from Bogor Institute of Agriculture, West Java, Indonesia, in 2004. President Yudhoyono was awarded with two honorary doctorates in 2005, respectively in the field of law “from his alma mater, Webster University, and in political science from Thammasat University in Thailand, (Presidencia de la República de Indonesia, 2010)”.

Lo que usa en su discurso es que hace de su persona, el eje de la diversidad. Susilo Bambang Yudhoyono da la impresión de que hace de todo. No solo de fondo al escribir libros de economía y agricultura, sino en forma, con la composición de ya 4 discos de pop, RindukuPadamu [mi anhelo por ti] en 2007, Evolution in 2009, KuYakinSampai Di Sana [seguro llegaré] en 2010 (BBC, 2010) y harmonía en 2011, pocos días antes de participar en la cumbre del G20, en el que contó con la colaboración de Sandhy Sondoro, un reconocido artista pop de Indonesia (Yakarta post, 2011).

Esta variedad de personalidades por supuesto no es locura sino una forma de operar entre los muy diversos grupos de poder e intereses que rodean la presidencia de Indonesia. Sumemos a la diversidad interna, la circunstancia de Indonesia como país.

• Dirigente del único país de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ANSA) que participa en la cumbre del G-20.

• Importante aliado político de los Estados Unidos y Japón, al mismo tiempo que de Rusia y China

• El país con mayor número de musulmanes en el mundo; más del 80% de su población

• Presidente de un país que ha sido gobernado por el ejército por casi 33 años y ahora inicia un proceso de democratización.

En cuanto a la ANSA, la mayoría de los países de este grupo tienen un pasado colonial, y juntos suman a más de 600 millones de personas, lo que lo convierte en un gran objetivo de mercado para las grandes potencias encontrándose en medio de Australia, Japón, China, Corea e India, además de mantener algunos tratados con Rusia y Estados Unidos. La situación de la clase política en Indonesia es la de un sector preponderante en un país en medio de grandes intereses internacionales y una identidad con pasado militar.

En la carrera política de Susilo Bambang es muy claro; la crisis asiática de 1997 no se hubiera podido superar sin la formación de una alianza entre las naciones del sureste asiático, Japón, Corea del sur y China con lo cual Indonesia no habría recuperado su estabilidad. Por otra parte Susilo Bambang ganó las elecciones en un momento muy complicado, en el que el partido opositor Golkar, resabio de la dictadura había ganado la mayoría legislativa. Susilo de alió con los partidos islámicos PKPI, PBB y PKS, y prometió apoyar la lucha antiterrorista y favorecer la inversión extranjera.

Con aquellas promesas, ganó el apoyo de George Bush, al mismo tiempo que el de los inversionistas de la ASEAN+3 (CIDOB, 2011). La clase política en turno, es producto de un esfuerzo tremendo de conciliación de intereses nacionales e internacionales; sin embargo es muy sintomático que Susilo, quien inició su mandato presentándose como un exmilitar que estudió en los Estados Unidos, termina su periodo representándose como un premiado de una universidad China con un honoris causa, (Antara, 2012) y haciendo una gira impresionante por los países del D-8.

El ejército de Indonesia (TNI), en busca del respaldo popular

El ejército nacional de indonesia (TNI) se ve a sí mismo como salido de los cuerpos de seguridad del pueblo, de aquellos tiempos de la independencia de Indonesia y se ha mantenido en cohesión por la creencia en un enemigo que amenace la unidad del país, (TNI, 2013).

Antes de 1999 no había distinción entre el conjunto de fuerzas armadas de Indonesia y el ejército, ya que en ese año hubo una separación y comenzaron reformas importantes. Poco a poco ha disminuido la influencia política formal de los militares que hasta el año 1998 era evidente. La división entre policía y ejército es sumamente importante para Indonesia, ya que desde su independencia nunca se pensó en crear una fuerza que luchara frontalmente.

La estrategia es básicamente recurrir a la guerra de guerrillas con un respaldo total de la población en cuanto a recursos, humanos y naturales. Por tanto la policía jugaba un papel importantísimo en el control de la población. Los elementos de la policía y el ejército son de 280,000 y 350,000, respectivamente; prácticamente no se sostienen del gasto público, solo 25% de su presupuesto proviene del gobierno; esto incluso durante la dictadura; lo que llevó a los militares a extorsionar a la población y provocó que la corrupción en Indonesia alcanzara niveles impresionantes. Ahora, al menos separar a la policía y al ejército ha creado una regulación del poder de ambos. (Global Security s/a). Sin embargo el ejército se ve a sí mismo como el guardián de la unidad nacional.

Y a diferencia de la policía de Indonesia que también hace algo similar al vincularse artificialmente con el grupo heroico de Surabaya, (Polri, 2013) [artificial porque en la práctica fueron uno con el ejército]; lo que hace el TNI es construir un enemigo en su discurso: el Partido Comunista Indonesio. El PKI es representado de una manera negativa; como alguien que se aprovechó de su cercanía política con el entonces presidente Sukarno, a quien según las TNI, sin embargo, los comunistas traicionarían. Lo que se le reclama al Partido Comunista no son sus postulados; estos ni siquiera son mencionados en los discursos de los militares, sino sus pretensiones de ejercer el poder.

Los militares en los tiempos del golpe, tenían un partido político aunque relegado. Ante la creciente influencia del partido comunista la idea de tomar el poder que en los tiempos de la independencia les pertenecía, no sonaba mal. Lo que siguió después fue que se creó un fantasma de añoranza por los tiempos de la independencia, por aquello de la legitimación del poder con las armas y un estigma a todo lo que parezca comunista o se diga del PKI.

Este vuelco de ideología impulsado principalmente por el gobierno de los militares durante 35 años, ha creado un anticomunismo un tanto artificial que las generaciones actuales han tomado como suyo, incluso el movimiento obrero y los campesinos. Pero en los últimos años, concretamente después del 2008, se aprecia una forma diferente en la retórica militar. Las TNI, utilizan el discurso, de “cambios para adaptarse al siglo XXI” como si de alguna manera disimularan la pérdida de injerencia política en los últimos 4 años. ¿Será que las políticas del gobierno estadounidense han cambiado al punto de que pueda haber en Indonesia un verdadero proceso de democratización? Si bien esto podría ser cierto, aún quedan en la memoria 35 años de una retórica anticomunista.

La Gran Confederación Obrera (MPBI), entre la internacionalización y la acción local

La MPBI se auto presenta como la unión de prácticamente toda la fuerza obrera de Indonesia. En ella se unen las tres ya de por sí grandes confederaciones de trabajadores, más muchos otros organismos no pertenecientes a estas; se estima que tiene la capacidad de movilizar hasta 6 millones de personas.

En la pasada huelga de octubre del 2012, conmemorando el natalicio de Gandhi, con barridos de fábrica, se movilizaron más de 2 millones de obreros en toda Indonesia, como muestra de un anhelo de democracia y de que el Estado no sea un facilitador al servicio de las grandes empresas (FSPSI, 2013). Como se mencionaba anteriormente, hay un silencio abismal hacia el comunismo, la justicia social sin embargo, se pide en términos de los ideales democráticos y de derechos humanos; también se maneja que de ninguna manera es un movimiento contestatario, si acaso es liberal, exigiendo que se respete a esta doctrina económica; se pide al gobierno que no sea un facilitador.

La competencia comercial de las empresas no debe actuar bajo la protección del gobierno, a menos que deje de llamarse liberal. Los primeros sindicatos surgieron bajo la dirección del presidente Sukarno, pero durante el gobierno de los militares se creó una especie de gran sindicato contenedor llamado SPSI. Esto porque el movimiento obrero cobraba cierta fuerza y se creía que esta contención sería efectiva. (KSPSI, 2013).

La MPBI no es un sindicato contenedor. Es una unión de confederaciones surgida de años de un empobrecimiento brutal de sus miembros, los cuales pese a sus diferencias encuentran en la MPBI una singular esperanza, para cumplir 3 demandas básicas: limitar la subcontratación, mejorar sus condiciones laborales y obtener el derecho a la salud. Quienes juegan un papel privilegiado en la MPBI son los trabajadores metalúrgicos de Said Iqbal, en cuyo liderazgo ha priorizado la consolidación nacional a la internacionalización y también ha permitido hablar en un tono de dignidad con base en la búsqueda de autonomía. Algunas de las confederaciones tienen una idea de progreso de calidad nacionalista y de respeto al “Pancasila” como el SPSI, cuyo líder es Andi Gani Nina Wea (SPSI 2013).

Este respeto por la ideología nacional no tiene por qué reducir el carácter digno de este sindicato, pero es muestra de que se habla un lenguaje común acorde a la filosofía estatal; estar en el mismo “canal” ha facilitado el diálogo. Para otras confederaciones como la KSBSI, el éxito del movimiento obrero está en la internacionalización; esta organización liderada por Mudhofir, describe la historia de los sindicatos en Indonesia como un infortunio de medios controladores hasta el logro de conseguir el apoyo internacional. Esta postura, dentro de la MPBI seguro mantendrá a la internacionalización como una de las grandes fortalezas del movimiento obrero indonesio. Sin embargo incluso ya unificados en la MPBI podemos ver que existen los ideales del “Pancasila” como un lenguaje común con el resto de las fuerzas políticas. Campesinos independientes, hacia un progreso de autogestión.

Pese a la retumbante fortaleza del movimiento obrero, es poca para un país tan grande, donde los dos principales grupos islámicos como Muhammadiyah y los Ulemas, pueden presumir de dirigir a la gran mayoría. Estas organizaciones religiosas aunque no fueron del todo simpatizantes con la dictadura, en su momento permitieron las matanzas hacia toda filiación comunista. Pero a su vez, todo aquello es solo una parte entre los más de 242 millones de habitantes. El grueso del pueblo de Indonesia, aquellos que no están organizados del todo, pero que dentro de su situación de olvido gubernamental buscarán una vida digna, no deben ser en lo absoluto subestimados, no se les puede considerar como una marea sin dirección.

La organización de los campesinos y pescadores podría ser la esperanza más grande del destino de Indonesia. La situación de los campesinos en Indonesia fue prácticamente la del olvido, cuando no de represión. Durante la dictadura, la materia prima del país no fue respetada en lo absoluto; Indonesia se convirtió en el abastecedor del 80 % del aceite de palma del mundo a costa de sus recursos alimenticios. Entre la diversidad étnica del país, las minorías fueron las que más sufrieron el golpe de las empresas en búsqueda de mano de obra barata. Algunas ni siquiera pudiendo organizarse en sindicatos. Sin embargo hay agricultores que pese al hambre y la intransigencia han resistido.

No habiendo tenido una fuerza política en Indonesia enfrentan el reto de hacerse notar, como un poderoso ente que si bien no recibe el apoyo del gobierno, puede sobrevivir y progresar si se organiza y mantiene unido. Estas organizaciones se describen como un movimiento “sin libro” (AFA, 2013) y de antemano se desvinculan con todo lo que suene a comunismo. Es una búsqueda de bienestar que prescinde de los elementos teóricos, diciendo que en la práctica cada agricultor y cada comunidad son diferentes. Es una forma de usar los lemas del “Pancasila” desde este sector social.

Conclusión

En un canon discursivo que encubre tiempos difíciles y es profundamente unitario, vemos que la filosofía de Estado que enuncia la idea de unidad en la diversidad, ha sido constante y polimórficamente adoptada por varios sectores sociales como representación de la esperanza, la gobernabilidad, y en general como “lo bueno” para un pueblo. Quien se enmarca en la filosofía nacionalista y unitaria, en este contexto, se legitima.

Los obreros usan el discurso de unidad para alinear sus peticiones a la legalidad y lo establecido para crear un discurso innegable. Lo campesinos, han sublimado el trauma histórico de 1965 en un discurso no-comunista que se escuda involuntariamente en la filosofía de Estado. Los militares han legitimado su poder diciendo que protegen la unidad. La clase política por su parte, ha encontrado un símbolo para la difícil tarea de manipular una serie de intereses sumamente diversos.

La razón de que los símbolos unitarios se hayan vuelto un legitimador de casi toda acción política, es que el único que es acorde con el discurso de aquella filosofía sería el antiguo cuerpo de defensa del pueblo de los tiempos de la independencia. Fuera de ello solo hay apropiaciones, siendo primeramente la de los militares; la añoranza que hay en los elementos el “Pancasila” corresponde a los tiempos armados de los primeros cuerpos en los que tanto hace introyección el ejército. Si quien controla el poder materialmente lo hace también en el plano ideológico, es innegable que dicho poder le perteneció a los militares por 35 años, que a su manera educaron mediáticamente a la comunidad de Indonesia. Desde películas anticomunistas que los niños veían, programas de televisión, hasta la coerción por la fuerza.

Obviamente la recepción ideológica no fue totalmente directa; los campesinos son los menos mediatizados, pero en la búsqueda de adaptarse al sistema imperante, adoptaron su forma de pensar, de igual manera que han hecho incluso a los obreros más críticos. Los años de la dictadura crearon un credo inconsciente para todos los habitantes de indonesia. Podría decirse que lo que tanto repitieron los militares, ha quedado arraigado en todos los actores sociales.

El pavor al separatismo y al comunismo es un buen ejemplo de ello. Bajo la bandera de un proceso de aparente laicismo, hay una centralización ideológica que hace seguir a los militares dentro del juego político en medio del proceso de democratización. El credo del “Pancasila” ha permitido una eficacia al gobierno que no había tenido nunca antes, además de una comunicación con las grandes confederaciones obreras, que si bien exigen al gobierno y a las empresas, lo hacen en su mismo lenguaje y condiciones.

El discurso político actual es una sublimación de los traumas ocasionados por la dictadura y una versión ligera de los ideales de las TNI. Que todos los otros sectores sociales de Indonesia adopten este canon discursivo, indica que aún el ejército conserva un papel importante y no ha perdido su influencia en la política de Indonesia.

 

Author: RUDICS

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