El Consenso de Washington y la postura poskeynesiana

DOI: https://doi.org/10.22201/fesc.20072236e.2015.6.10.1

The Consensus of Washington and the postkeynesian position

 

D. Omar Chabán García.

Corporación Universitaria del Caribe CECAR.

Omar.chaban@cecar.edu.co

D. José Vallés Ferrer.

Departamento de Economía Aplicada III Universidad de Sevilla.

jvalles@us.es

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Resumen

Todo acontecimiento se mueve dentro de un contexto histórico determinado, y aún más un acontecimiento sobre política económica; lo que se conoció como Consenso de Washington marcó la política económica del planeta. Una vez marginada su denominación se presenta en Europa, sin dicho nombre, en forma de políticas económicas supranacionales impuestas a los países con mayores dificultades. El análisis desde un punto de vista poskeynesiano, que no rompe con la idea de economía de mercado, acerca más las políticas económicas a lo social y a una solución acorde con las necesidades del ciudadano.

Palabras claves: Consenso, políticas, poskeynesiano, liberalismo, crecimiento.

 

Abstract

Any historical event is developed in a given context, furthermore, an event related with economic policy; what is known as the Washington Consensus framed the economic policy of the whole planet. Once established its denomination, it is introduced in Europe without that name, in the form of supranational economic policies imposed to the countries with the greatest challenges. The analysis, from a Post-Keynesian point of view, does not break-up with the idea of a market economy; it brings economic policies closer to social problems issues and it is a solution in conformity with the citizen´s needing.

Key words: Consensus, policies, Post-Keynesian, liberalism, growth.

 

 1. Introducción

 

Todo acontecimiento se mueve dentro de un contexto histórico determinado y aún más un suceso sobre política económica; lo que se conoció como Consenso de Washington marcó la política económica del planeta ya sea de una forma contundente o indirectamente, su doctrina refleja la visión de la economía ortodoxa.

 

Al final la década de los 80 el triunfo del sistema capitalista frente al bloque comunista era una realidad, Estados Unidos se consolidaba como única potencia mundial; este hecho fue muy importante para expandir y consolidar las ideas neoliberales en todo el mundo, sin olvidar que el presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan, y su homóloga en Reino Unido, Margaret Thatcher, eran fieles defensores de las políticas liberales. En esos años la mayor parte de los países Latinoamericanos tenían una característica común, una deuda externa asfixiante que impedía tanto su desarrollo como poder devolver dicha deuda, ya que la industrialización se había realizado pensando en el mercado interno y su deuda era en moneda extranjera, principalmente en dólares; era el escenario perfecto para que la corriente dominante se expandiese, con el supuesto fin del desarrollo económico latinoamericano y la devolución de su deuda, unido también a la expansión del libre mercado.

 

La asfixiante deuda aparece por la necesidad de la banca de colocar grandes masas de capital proveniente de excedentes petrolíferos. En los setenta, los países en desarrollo tenían mayor crecimiento que los países desarrollados que estaban controlando el gasto, la banca comercial concedió créditos temerariamente sin analizar suficientemente la situación de sus acreedores para devolver el crédito. Bajo este contexto se diseñan por parte del Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, países desarrollados (en especial EE. UU.) y representantes de banca privada los Planes de Ajuste Estructural (PAE). Los PAE giraban en torno a políticas de liberalización de mercados y reducción del Estado, se buscaba maximizar los excedentes expresados en divisas y así ir pagando a los acreedores. La ideología económica quedó grabada por el economista inglés Jonh Williamson en 1989 bajo el título What Washington Means by Policy Reform. Este documento aportaba diez políticas pensadas para el desarrollo de Latinoamérica y solucionar los problemas de deuda, pero esta idea se extendió más allá y se convirtió en un programa general a nivel mundial. El título devela las partes integrantes de dicho consenso. Se entiende por Washington a aquellos agentes político-económicos con sede en Washington D.C., integrados por organismos internacionales, el Congreso de los EE. UU., la Reserva Federal, los altos cargos de la administración estadounidense y los institutos de investigación, también conocidos como think tank. El listado de políticas consensuadas serviría especialmente para orientar a los gobiernos de países en desarrollo y a los organismos internacionales involucrados en su financiación a la hora de valorar los avances económicos de los primeros, que pedían ayuda a los segundos. Estas políticas ayudarían a dar un giro neoliberal a las economías Latinoamericanas, seguir o no las directrices marcadas tenía consecuencias en forma de financiación.

 

El contenido del documento de trabajo original se puede clasificar de demasiado escueto por lo que el nivel de detalle es casi inexistente, no existe mención a posibles hechos económicos normales como son las crisis, que el mismo John Williamson reconoció posteriormente: “Y es verdad que el Consenso de Washington no hizo hincapié en evitar las crisis[1] (Williamson,  2002), los problemas de información imperfecta que da el libre mercado, ni los efectos socio-económicos que a corto plazo suponían las medidas indicadas. Se fija un objetivo que no es otro que llevar a Latinoamérica del subdesarrollo al camino de los países desarrollados y que estos países puedan devolver la deuda a sus acreedores, para conseguirlo los agentes político-económicos con sede en Washington D.C., que elaboraron el documento fijaron su vista en que el sector privado ocuparía el lugar que dejaría el Estado, y la primera potencia mundial iba a involucrarse tanto de forma pública como privada teniendo al dólar con un papel fundamental.

 

Tabla 1. Resumen y características del listado de políticas elaboradas en el consenso de washington.

Política Fiscal Disciplina presupuestaria, deplorando el déficit
Gasto Público Reordenación y disminución del gasto público
Reforma impositiva Aumentar la recaudación sin aumentar impuestos
Tipo de interés Tasa positiva, que incentive a la no fuga de capitales ni incremento desmesurado del ahorro, determinado por el mercado.
Tipo de cambio Lo debía fijar el mercado y ser competitivo para la exportación.
Comercio internacional Liberalización de las importaciones, eliminar cualquier elemento que distorsione el mercado y sustituir contingentes por aranceles
Inversión extranjera Sin ser de alta prioridad se debe abrir a la inversión extranjera
Desregularización Promueve buscar un aumento en la competencia
Privatización Promueve aliviar el presupuesto estatal, aumentar los ingresos y se gestionará más eficientemente.
Derechos de propiedad Garantizar la seguridad de los derechos de propiedad

*Fuente: elaboración propia.

 

Detalle digno de mención es la incapacidad de los países latinoamericanos para rechazar las ideas del Consenso de Washington, incapacidad económica, por lo tanto la necesidad de que las instituciones supranacionales les financiaran obligó a tomar el camino al liberalismo económico guiado por el Fondo Monetario Internacional, se extrapoló al resto del mundo, y nacen para los países pobres las recomendaciones obligatorias, lo que parecía un listado económico para sacar a Latinoamérica del subdesarrollo llegó hasta Asia, según The Economist: “Sus pacientes se extienden por todo el mundo, de Venezuela a Vietnam. Los doctores se encuentran uno con el otro en la 19th Street de Washington y, juntos, dispensan su medicina. Sus remedios, envasados en el Consenso de Washington, incluyen duras políticas fiscales y monetarias, más libertad para el comercio y el capital, y privatización[2].

 

La homogeneidad ideológica y política se extendió por el mundo como jamás había sucedido, con la idea de mercado abierto a nivel mundial, y minando a los países subdesarrollados de cuasi-democracias liberales o llegando al punto de Oriente Medio donde el absolutismo está camuflado por los petrodólares. Acciones que a los principales actores implicados, los países subdesarrollados, han traído más problemas que soluciones. Lo que parecía un pacto que tenía como objetivo mejorar la situación de la población derivó en un escenario con vencedores y vencidos. Entre los actores no beneficiados nos encontramos a la población de los países en desarrollo, en Asia y Europa del Este retrocedieron en su crecimiento y Latinoamérica se mantuvo, aunque lo  alarmante es la evolución del desequilibrio en los ingresos (redistribución y reducción de la pobreza), este hecho está reflejado en el Informe sobre el Desarrollo Humano del 2004 de Naciones Unidas. Este dato corrobora lo que en el año 2000 J. Williamson escribió en un artículo titulado ¿Qué debe pensar el Banco Mundial sobre el Consenso de Washington? En él indicó que para que existan efectos reales de reducción de la pobreza es necesario que el mundo tenga dicho objetivo: “me adhiero a la opinión de que la política encarnada en mi versión del Consenso de Washington es favorable a los pobres, pero debe complementarse en un mundo que tiene el objetivo de reducción de la pobreza en serio.”[3] (Williamson, 2000)

 

A pesar de la opinión del economista que acuñó el término Consenso de Washington las bases e ideas que emanaron de Washington D.C., y están al servicio de los mercados en vez de a la sociedad.

 

2. Efecto de la liberalización de la cuenta de capital

 

De forma general, la liberalización de la cuenta de capital supone una flexibilización de los flujos transfronterizos de capital, es decir, una eliminación de los sistemas estatales para controlar la salida y entrada de inversión directa extranjera o nacional orientada al extranjero, flujos de cartera y préstamos bancarios entre otros.

 

Los métodos de control suelen ser difíciles de graduar con la existencia de flujo libre de capitales, pero su razón son los riesgos que tienen las fluctuaciones en el flujo de capitales internacionales. Además, existen otros motivos derivados de las características de cada región del mundo en la que nos fijemos, puede que el control esté motivado por un sistema bancario nacional frágil que no puede permitirse la fuga del ahorro interno, pero el riesgo mayor de la liberalización está en las inversiones a corto plazo que ante una perturbación macroeconómica puntual pueden ser retiradas y agravar la repercusión de la perturbación. Una característica de los flujos de capital es pro-cíclico; aunque las entradas orientadas al largo plazo suelen ser favorecidas ante los controles estatales, al ser un flujo no susceptible a cambios bruscos por el cambio de actitud de los inversores, ante un declive económico el objetivo de estabilidad encuentra en la movilidad del capital un obstáculo para la recuperación.

 

La liberalización de la cuenta de capitales tiene efectos positivos en varios aspectos económicos y políticos; un país liberalice dicha cuenta es un síntoma de compromiso para adoptar políticas económicas prudentes que busquen el crecimiento a largo plazo, abre la posibilidad a los grandes capitales nacionales diversificar sus inversiones, se conseguiría además una asignación más eficiente del capital a nivel mundial, y también mantener la renta nacional en épocas críticas por tener acceso a los mercados de capitales y contrarrestar los efectos que se produzcan en los ingresos. Cabe destacar que estas características positivas se encuadran dentro de un marco teórico que no se adecua a lo que se vivió empíricamente, la internacionalización de la economía ha provocado que los controles sobre el movimiento de capitales hayan perdido efectividad.

 

A pesar de que puedan existir una discusión sobre hasta qué punto la liberalización de la cuenta de capitales ha aportado al crecimiento económico, sí es cierto que los efectos teóricamente explicados se alejan de lo que ha venido sucediendo desde los 80. El principal problema es que un consenso que a priori buscaba la estabilidad y la convergencia de las economías nacionales,  ha originado inestabilidad y el aumento de las diferencias tanto a nivel internacional (Norte-Sur) como a nivel nacional.

 

3. Teoría del derrame

 

La teoría del derrame, defiende que si se produce un crecimiento económico en las capas sociales más altas, parte de este crecimiento llegará a las capas sociales inferiores, sus argumentos principales son que se generará más empleo, más ingresos y más consumo. Por lo tanto, el bienestar de la población mejoraría y las desigualdades se reducirían. Esta teoría era aceptada en los 90, y las políticas que surgieron tras el Consenso de Washington usaban dicha teoría como argumento en sus acciones liberalizadoras en países en desarrollo. Una de las medidas de desigualdad más comunes es el Índice de Gini[4].

Si analizamos los índices Gini (usando como fuente la Universidad de Salamanca y World Development Indicators.) de Chile y Argentina, podemos apreciar cómo sin entrar en datos de la crisis sistémica actual ni en la crisis Argentina, hay un aumento de las desigualdades en los ingresos de la población, concretamente entre los años 1975-2002 en Argentina la desigualdad en los ingresos creció un 15% mientras en Chile lo hizo en un 5%, esta diferencia está explicada por el desarrollo económico chileno que en ese periodo multiplicó por más de 3 su PIBpc, mientras que el PIBpc argentino creció apenas un 12%.

 

Ambos países se vieron afectados por las directrices del Consenso de Washington, y pese a tener resultados diferentes, si hablamos en términos de desigualdad social, el análisis muestra cómo ni con un crecimiento portentoso como el chileno este modelo económico hace disminuir la desigualdad de sus habitantes, la riqueza creada en tres décadas que según el consenso neoliberal se derramaría entre todas las capas sociales favoreciendo la reducción de las desigualdades no ha sido comprobada empíricamente en estas dos muestras.

Por otro lado si hacemos el mismo análisis para dos países diferentes a los anteriores como son EE. UU., y España. En los últimos 30 años el crecimiento de la renta per cápita estadounidense casi se ha duplicado, sin embargo el índice Gini muestra que aunque de forma pequeña las desigualdades han aumentado. En España encontramos el caso contrario, en las últimas tres décadas ha crecido aproximadamente un 80% en este tiempo, y lo más relevante es que el índice Gini español sigue una tendencia negativa, lo que supone una reducción de las diferencias en los ingresos entre la población, la reducción es de poco más de 3 puntos, pero marca un punto de inflexión viendo los casos anteriores, aunque estos datos tras la crisis actual han tendido en ambos países a aumentar las desigualdades.

 

En general el índice de desarrollo humano[5] (IDH) desde los 80 hasta la actualidad ha tenido un comportamiento ascendente, sin embargo no se aprecia un comportamiento convergente entre los países desarrollados y subdesarrollados. El ritmo de crecimiento de los países desarrollados solo lo han podido seguir los tigres asiáticos, escasos países productores de petróleo y los BRIC (Brasil, Rusia, India, China); en general el diferencial de las potencias económicas mundiales ha aumentado en relación al de los países con menor IDH. Nos encontramos de nuevo con un índice a priori al alza, que cuando analizamos muestra que las diferencias con el paso de los años solo han disminuido para un número pequeño de naciones.

 

Basándonos en los Índices de Gini y los IDH podemos afirmar lo que la realidad empírica muestra día a día en las ciudades del mundo, y no es más que la no relación entre tener buenos resultados macroeconómicos (en países subdesarrollados) que favorecen a los estratos más acomodados, y que a partir de esta acumulación de capital se producirá un derrame al resto de la sociedad. En resumen la teoría del derrame ha sido un fracaso empírico y estos autores no puede refutar a la idea teórica en la que se basa, promocionar políticas como las emanadas de Washington y argumentar que por el efecto derrame se va a mejorar el nivel de vida de los más pobres es algo teórico y empíricamente falso, para que se produzca un efecto derrame es necesario actuar con políticas sociales de manera tan contundente como las políticas liberalizadoras que llevamos viendo desde finales de los 90. El consumo de los más ricos hoy por hoy no se refleja en una mejora sustancial del nivel de vida de toda la población, en más de 20 años no ha existido dicho efecto derrame, de ahí que los barrios marginales hayan crecido por Latinoamérica, África y algunos países asiáticos.

 

4. El sometimiento africano

 

El continente africano, cuna de los antepasados del ser humano, sufre una dura contradicción y no es otra que ser la zona más rica de la tierra en recursos y a la vez la más pobre, y con perspectivas a no cambiar dicha condición de pobreza. El Consenso de Washington se exportó también a África, de ahí que en este trabajo sea interesante ver cómo dicho continente ha sido olvidado y saqueado. En África tenemos un ejemplo real de la política social neoliberal llevada al extremo, hay que ajustarse a la demanda capitalista de mano de obra, los que sobren deben arreglárselas por sí mismos; en un europeo suele significar estar sujeto a distintas ayudas monetarias para subsistir y facilitarles nueva formación, pero en África supone en un alto porcentaje la muerte. Incluso en la próspera Sudáfrica la muerte prematura de millones fue el resultado de la reacción del Estado y empleadores a la epidemia de SIDA, un análisis costos-beneficio demostró al Estado y a los grandes capitales que era más rentable no asistir a los enfermos y sustituirlos en sus trabajos por mano de obra desempleada, al parecer el costo de una vida era menor que el de los tratamientos[6].

 

Hoy algunos países registran ingresos per cápita menores a los que tenían en la época de la independencia. Si consideramos las personas con ingresos menores a un dólar diario durante los ochenta y noventa nos encontramos que la mayoría de los países del África Subsahariana sufrieron un incremento en el porcentaje de dichas personas, según el Banco Mundial (World Bank, 2005). El análisis debe centrarse no solamente en la pobreza sino también en la desigualdad, sabiendo que África alberga algunos de los peores casos del mundo. Y las desigualdades no se quedan únicamente por el lado de los ingresos, sino también a la hora de negociar alimentos, energía, medicamentos y agua, además de existir una discriminación de género que hace que las mujeres sean las principales afectadas por la pobreza y las desigualdades.

La liberalización comercial ha empobrecido aún más al África Subsahariana. El nivel de exportación en el mundo se ha multiplicado con el paso de las décadas, según la teoría neoliberal la exportación crea prosperidad, pero esta visión no sirve para el continente africano ya que el 80% del total de exportaciones son bienes primarios y estos productos se están caracterizando por una volatilidad y tendencia negativa del precio; es en los precios donde África está cayendo aún más en el empobrecimiento.

 

En el plano medioambiental el impacto de las inversiones mineras y madereras han destruido ecosistemas muy sensibles. La solución al destrozo medioambiental nació a comienzos de los noventa la idea de la deuda ecológica que los países del Norte le deben al Sur; dentro de la deuda ecológica entraría: el costo de la reparación del daño provocado, el futuro costo de la falta de disponibilidad de los recursos destruidos, una cantidad por el uso comercial de conocimientos sobre recursos genéticos (biopiratería) y el costo del mantenimiento.

 

Por lo tanto, el sistema económico tal y como lo conocemos, unido al listado económico emanado de Washington han supuesto para África un bucle de corrupción, explotación, empobrecimiento y guerras unidas siempre a la riqueza natural de la zona, el flujo de riqueza exterior que invierte en África no tiene un esquema con vistas a aprovechar el potencial del territorio, se basan en inversión con vistas a la extracción sin demasiados tratamientos simplemente extracción, exportación y salida de capitales. Mientras las desigualdades crecen y el ecosistema se destruye la única solución para muchos africanos es la migración hacia Europa, un efecto más y de gran importancia para conocer la verdadera situación de África.

 

5. Los efectos de la globalización

 

Los efectos esperados de un proceso de globalización no es otro que el beneficio común, que el proceso de globalización suponga una mejora en la calidad de vida de todos los ciudadanos del mundo, aumentando las tasas de crecimiento sin aumentar las desigualdades y sin mermar la seguridad socioeconómica y ambiental de los países.

 

Usando indicadores macroeconómicos podemos decir que el proceso de globalización actual no se aproxima a la definición realizada anteriormente. Analizando el crecimiento del PIB global es interesante ver cómo ha caído a medida que la globalización iba avanzando, este resultado discrepa con el argumento de que el proceso liberalizador y globalización llevaría a un aumento del crecimiento global, y si este análisis lo hacemos con el PIB per cápita solo 16 países crecieron más de un 3% anual entre los años 1985 y 2002, usando indicadores de desarrollo mundial elaborados por el Banco Mundial. Respecto a la reducción o por lo menos no incremento de las desigualdades un dato es revelador, según el Banco Mundial en los últimos 40 años del siglo pasado la diferencia entre el PIB de los países pobres y ricos ha aumentado en más de un 220%, estamos ante un modelo de globalización que se caracteriza por el aumento de las desigualdades entre Norte y Sur, salvo en los casos sorprendentes de China e India, que en términos macroeconómicos han tenido un importante crecimiento, es más el crecimiento de estos dos países, donde viven más del 38% de la población mundial, es el motivo de que entre 1990 y el año 2000 la cifra de personas que sufren pobreza absoluta bajara en unos 237 millones de personas y no por una reducción de la pobreza equitativa en todo el globo.

La globalización también afecta a las finanzas públicas lo que repercute a los servicios públicos, servicios que en algunos países son casi inexistentes. Se han reducido especialmente los tipos impositivos sobre los factores de producción. En los 30 países más ricos del mundo, el nivel medio del impuesto sobre las sociedades cayó del 37,6 por ciento en 1996 al 30,8 por ciento en 2003. Los incentivos fiscales destinados a atraer la Inversión Extranjera Directa (IED) contribuyeron al descenso del promedio de los tipos impositivos y de forma similar sucede en la imposición de las personas con altos ingresos, quienes gozan también de una movilidad relativamente mayor. La globalización ha traído un efecto secundario que afecta directamente a las finanzas públicas como es la evasión de impuestos, que está íntimamente relacionado con los paraísos fiscales o centros financieros offshores, la OCDE estimo en 4,45 billones de euros la cantidad depositada en 38 paraísos fiscales, no solo aumentan las diferencias sino que se amplían las fórmulas para no tributar.

 

La imagen que obtenemos del análisis de los resultados económicos y los cambios en el empleo, la desigualdad y la pobreza hace difícil generalizar sobre cuál ha sido el impacto de la globalización. Es importante no caer en el error común de atribuir totalmente a la globalización todos los resultados observados, ya sean positivos o negativos.

 

6. Crisis financiera

 

Las medidas que los estados han tomado y están tomando para afrontar la crisis financiera que comenzó en 2007 que se transformó en crisis sistémica afectando a todo el planeta, en mayor o menor grado, han propiciado la realización de este artículo. Y es que el Consenso de Washington ha vuelto a aparecer dos décadas después pero sin dicho título, ahora las recomendaciones vienen dadas por los mercados financieros y las agencias de calificación hacen de jueces de los estados soberanos. Podríamos decir que todos los estados están siguiendo el mismo tipo de política en mayor o menor grado y no es otra que reducir las funciones del sector público, aumentar los impuestos (en especial el IVA), privatizar en la medida posible aquellos servicios que actualmente están en manos del estado, reducir la calidad de nuestro estado de bienestar (ampliando edad de jubilación, recortando el gasto social, reduciendo sueldos públicos y empeorando la posición de los trabajadores frente a los empresarios), y esta vorágine de medidas chocan con la no reforma del mercado financiero.

 

A pesar de que la crisis actual es global, para entender cómo nació hay que mirar básicamente a un solo país y su mercado financiero, esto no quiere decir que en el resto del mundo no se hayan cometido los mismos abusos. Las ideas desreguladoras que encontramos en el Consenso de Washington continuaron, siendo las administraciones Clinton y Bush quienes tomaron tres medidas de política desreguladora: revocación de la ley Glass-Steagall[7], la no regulación, los CDS[8] y la decisión de permitir a los bancos aumentar por tres su grado de apalancamiento, es decir, la relación entre el total del pasivo y el valor neto. Los términos y los límites quedaron lo suficientemente imprecisos como para que los agentes financieros jugaran con la legislación.

 

Sorprendentemente, el libre mercado capitalista en el que nacen y se destruyen empresas según sus decisiones y su situación económica no afecta a las entidades financieras, los agentes financieros comenzaron a tomar demasiados riesgos y al contrario que una empresa los bancos que se arriesgaron demasiado fueron rescatados con dinero público. Y tras la tempestad llega el momento de que el mercado financiero haga renacer el Consenso de Washington y lo hace imponiendo las medidas que deben tomar los gobiernos en estos difíciles momentos tanto económicos como sociales, ya que los estados financian su déficit a través de los agentes financieros privados.

 

Con respecto a la situación de los estados otro dato revelador que nos hace tener una idea del camino por el que nos han estado llevando una crisis que nace en EE. UU., hace tambalearse desde antes de 2009 a países como Islandia, Grecia, Irlanda, Italia, España, entre otros, y no es hasta mediados de 2011 cuando EE. UU., sufre el primer acercamiento a la suspensión de pagos, evitada por el presidente B.H. Obama aumentando el techo de gasto de su país, con este dato nos podemos hacer una idea no solo del nivel de globalización que existe en los mercados financieros mundiales, sino cómo para diferentes países no sirve el mismo listado de política económica.

 

7. Alternativa Poskeynesiana

 

Como su propio nombre indica, los poskeynesianos se inspiran en la obra y trabajos de J.M. Keynes, economista inglés y apegado a la Universidad de Cambridge. Las proposiciones hechas desde la economía poskeynesiana difieren al planteamiento que proponen los economistas de la síntesis neoclásica y de los neo-keynesianos. Los poskeynesianos se inspiran en lo que se conoció como <<Escuela de Cambridge>>, en los años cincuenta y sesenta, y algunos están influidos por institucionalistas como Veblen y Galbraith, y los asuntos que tratan son esencialmente macroeconómicos como era de esperar.

 

Tabla 2: Elementos poskeynesianos significativos

Elementos esenciales

El principio de la demanda efectiva Los efectos de la demanda predominan sobre los de la oferta, la inversión es lo que determina el ahorro.
El tiempo histórico y lógico Al analizar la transición del punto inicial al final hay que ver si las condiciones de la transición afectan al equilibrio final.

Elementos auxiliares

Los efectos nefastos de la flexibilidad de los precios Por el efecto sobre los ingresos, la flexibilidad de precios puede empeorar una mala situación
La economía monetaria de la producción Los modelos deben tener en cuenta que los contratos son pactados en unidades monetarias y que las empresas y familias tienen restricciones financieras.
La incertidumbre radical El futuro es necesariamente diferente al pasado e imprevisible.
Una microeconomía moderna y pertinente Que se apoye en elecciones de carácter lexicográfico (El orden lexicográfico es conocido principalmente por su aplicación a cadena de caracteres.) y sobre curvas de coste en forma de L invertida.
El pluralismo de las teorías y de los métodos La realidad es multiforme, lo que justifica distintos métodos y distintos tipos de teorías.

Fuente: Lavoie, M 2004.

 

Distinguiendo a los poskeynesianos dentro del pensamiento económico heterodoxo, los rasgos esenciales podríamos definirlos como dos: el principio de la demanda efectiva y el tiempo histórico dinámico. Los cinco rasgos restantes podemos clasificarlos como auxiliares.

 

La búsqueda de una teoría económica más explicativa que exacta es donde se encuentra la escuela poskeynesiana, la no búsqueda de respuestas únicas o el uso de razonamientos reales para conseguir resultados macro o microeconómicos hace que sea una seria alternativa al pensamiento económico dominante. Creyendo al igual que Keynes que el capitalismo es un sistema económico eficaz pero dañino si no se controla estrictamente.

 

7.1. Oferta monetaria endógena

 

Para la teoría neoclásica la oferta monetaria es exógena, en la medida en que nos viene dada por las intervenciones discrecionales, exógenas y unilaterales del Banco Central en los mercados primarios de dinero. Este es a grosso modo el razonamiento que durante años se ha empleado para explicar los movimientos de la curva LM en el contexto del modelo IS-LM. La liberalización y la globalización ha llevado a que los Bancos Centrales no controlen la cantidad de dinero en circulación, dejando como único control la manipulación del tipo de interés oficial del Banco Central, por lo que muchos autores comienzan a ver la oferta monetaria como una variable endógena. Frente a la consideración tradicional de que la oferta monetaria y su crecimiento están bajo el control estricto de la autoridad monetaria, los autores poskeynesianos han desarrollado una teoría monetaria que rechaza la caracterización de la oferta de dinero como una variable exógena.

 

Para los poskeynesianos la oferta monetaria es endógena al estar conducida por el crédito y se encuentra determinada por su demanda, el dinero en circulación se ve como un proceso de producción. Además la oferta monetaria se considera determinada por la demanda, ya que los bancos pocas veces están constreñidos en términos de sus reservas, las distintas posibilidades dentro del mercado financiero hacen que los bancos no esperen a tener depósitos para suministrar préstamos, sino que lo conceden y después se mueven para conseguir las reservas necesarias.

 

La preferencia de la liquidez es muy importante en el análisis poskeynesiano, el motivo principal es la incertidumbre. Y dicho motivo es una característica de nuestro sistema económico y por supuesto el mercado financiero no está exento de incertidumbre, la banca se enfrenta ante el dilema de crédito versus liquidez, y esto puede provocar que no se satisfaga en su totalidad la demanda de crédito. Y esta preferencia por la liquidez es una de las principales ideas aportadas por Keynes. El papel activo del Banco Central tanto en fijación de tipo de interés como en control del mercado financiero en general, es una necesidad que tras la crisis financiera se hace más latente, teniendo en cuenta el proceso de globalización y liberalización del mercado financiero el papel del Banco Central para controlar la cantidad de dinero en circulación, en otras palabras la oferta monetaria ha ido perdiendo su carácter exógeno.

 

7.2. La empresa poskeynesiana

 

La teoría neoclásica impartida en toda facultad de económicas que se precie contempla la empresa de una forma muy imaginativa. La imagen que se da es la de un pequeño negocio con rendimientos decrecientes, que lucha en un mercado de competencia perfecta buscando maximizar sus beneficios a corto plazo, en un mercado que la supervivencia está marcada por un precio que no sea inferior al coste variable neto. Visto que el mercado de competencia perfecta es una quimera en la realidad socio-económica afectada por múltiples externalidades, la empresa poskeynesiana opera en un mercado de competencia imperfecta, se usa el modelo de mercado oligopolístico al existir empresas de gran tamaño dentro de un mar de pequeñas empresas. El objetivo principal tanto para los ejecutivos de las empresas como para sus propietarios es que perdure en el tiempo, para ello la mejor fórmula es dominar el entorno, es decir, dominar la entrada de competidores, usando el campo del desarrollo tecnológico,  a los proveedores y cada vez de forma más normalizada ejerciendo presión sobre la legislación de los gobiernos. El poder de dominar el entorno está en manos de empresas de gran tamaño que poseen una cuota de mercado alta, y por ello se debe maximizar el crecimiento de la empresa, este es el principal objetivo de los ejecutivos y propietarios. Pero no nos engañemos al pensar que este objetivo se está dando desde hace poco tiempo por causas de la globalización, como indica Marc Lavoi el ardiente deseo de las empresas de crecer y sobrevivir existe: “en todas las épocas del capitalismo, tanto hoy como hace cien años, en tiempo de Veblen, o hace cincuenta años en tiempo de Galbraith”[9] (Lavoi, 2004).

 

Para la teoría poskeynesiana la maximización del beneficio no es el objetivo de las empresas, sin embargo el beneficio es la llave para acceder al mercado financiero y también para autofinanciarse. En la teoría neoclásica todo aquel con un proyecto serio y de calidad encontrará financiación y la cantidad variará según la estimación de beneficios futuros que tenga. La teoría poskeynesiana para la empresa usa el principio de riesgo creciente de Kalecki, el cual sostiene que la incertidumbre es el motivo que mueve las financiaciones para las empresas, con el fin de reducir la incertidumbre los prestamistas atienden al tamaño de la empresa y a la cantidad de fondos propios, los beneficios no repartidos incrementan los fondos propios y así disponer de mayor cobertura dentro del mercado financiero.

 

Dentro de la teoría poskeynesiana existen varios métodos para explicar la fijación de precios actual, la más realista es la teoría kaleckiana del <<mark-up>>, que supone que los precios dependen de los costos unitarios directos al que se le añade un margen de beneficio bruto y forman el precio final. El método del precio de costo normal estima el costo total unitario y le añade el margen de beneficio necesario para cubrir una ganancia normal, entendiendo como normal un nivel de producción estándar. La ventaja de este método es que a las variables no les afectan las fluctuaciones de la demanda, sino que el beneficio es mayor cuanto mayor es la situación monopolística.

 

Las diferencias entre el poskeynesianismo y la teoría neoclásica en relación a las empresas son claras, desde el objetivo hasta la fijación de la relación crecimiento/beneficio, es un claro ejemplo de que hay dos puntos de vista dentro del sistema capitalista de concebir los objetivos de una empresa.

 

8. Conclusiones

 

En este artículo no se busca redactar las soluciones neoclásicas de antaño incorporándoles variables redistributivas típicas para contentar a nuestra parte más social, ni una lucha interna entre subcorrientes dentro de la economía heterodoxa.

 

La conclusión principal de este trabajo es afirmar que el Consenso de Washington es un listado general de política económica poco acertado, aunque esta afirmación no sea válida si analizamos cual fue el verdadero objetivo de dicho Consenso. El objetivo de reducir la pobreza que Washington expone al mundo es falso, sin embargo fue un éxito parcial para EE. UU., ya que con el fin del comunismo su economía liberal capitalista podía extenderse, junto a su poder financiero y al control de los organismos supranacionales podía coaccionar a los países a adoptar el camino que ellos marcaban. El Consenso de Washington fue un listado de política económica creado únicamente para que Latinoamérica devolviera su deuda. La potencia mundial vio al poco tiempo como sus recomendaciones a Latinoamérica se expandieron por todo el globo, ya que parecía el único camino a seguir, favoreciendo el desarrollo estas políticas beneficiaban las cuasi-democracias o dictaduras por todo el mundo. El poder estadounidense en los organismos supranacionales hacía que fueran lo más parecido a agencias propias controladoras de países en desarrollo. En un mundo cada vez más enfermo de desigualdades, injusticia y hambre, el Consenso de Washington abrió las puertas a la acumulación de capital y las desigualdades sociales, mientras que una pequeña parte de la población mundial se ahoga en el consumismo, la mayor parte subsiste a duras penas.

 

Al economista que se prestó a poner su nombre en dicho Consenso no le salvan sus comentarios en artículos posteriores, pese a que el listado nace de las altas esferas de Washington D. C., unas recomendaciones tan simplistas son poco acertadas. No hablar de las crisis es más que un error al obviar los ciclos económicos. Un plan para pasar del subdesarrollo al desarrollo que solo habla de una economía alcista es contar verdades a medias.

 

Entrando en el plano puramente económico, claramente hace falta que las teorías económicas en las que se basan muchas decisiones se aproximen más a la realidad, es aquí el principal motivo para ver a la escuela poskeynesiana como una alternativa realista al pensamiento neoclásico. Partiendo de la metodología hasta el punto de vista político respecto al poder de los mercados, el pensamiento poskeynesiano parte de unas bases y tiene una visión que se aleja de modelos basados en el equilibrio rompiendo cualquier lazo de unión con la realidad, de hecho apostar por la existencia de más de una solución para afrontar problemas similares es un avance que se ha aprendido, se necesita un Consenso diferente porque las regiones son diferentes tanto geográfica, cultural, social y económicamente.

 

Se propone, desde el poskeynesianismo, no una ruptura del modelo capitalista pero sí una visión distinta, añadiendo variables sociales con un peso razonable para que la teoría sea además un buen reflejo de la realidad y una herramienta útil para la sociedad. La visión del control sobre la economía que debe de tener el Estado, más que el tamaño, es el principal cambio global para evitar la contundencia de las crisis periódicas que sufre el modelo capitalista.

 

Analizando la situación actual proponemos: ver la oferta monetaria como endógena, afirmando que el mercado bancario no necesita actualmente liquidez para conceder créditos, un ejemplo lo tenemos en los bancos europeos dependientes del Banco Central Europeo, donde en la actualidad disponen de liquidez del banco central a un bajo tipo de interés y aun así no fluye el crédito. Pero la preferencia por la liquidez y las necesidades de algunos estados del Sur de Europa hace que no fluya la liquidez para la mediana y pequeña empresa. Por lo tanto, vemos como una buena política la nacionalización temporal de las entidades que no cumplan su función apoyándonos en el caso español en el artículo 33 de la Constitución de 1978[10], además de aquellas rescatadas con dinero público. Analizar la empresa desde un punto de vista de competencia imperfecta, usando una visión oligolística del mercado, y así apoyar a la pequeña empresa ante las grandes. Y por último analizar e intervenir en los precios teniendo en cuenta el mark-up, que es el recargo que provoca el aumento de la participación de los beneficios en los ingresos, mayor cuanto mayor sea el grado de monopolio. Siendo una de las muchas propuestas que se pueden hacer para una recuperación ante crisis económicas diferentes a las recetas que estamos viendo.

 

 

Referencias bibliográficas

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NOTAS:

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[1]  “And it is true that the Washington Consensus did not emphasize crisis avoidance.” Williamson, J. (2002): en Peterson Institute for International Economics. Did the Washington Consensus Fail?.

[2]  The Economist. ‘Sick patients, warrying doctors’. 18/ 09/1999.

[3]  “We know that poverty reduction demands efforts to build the human capital of the poor, but the populist interpretation fails to address that issue […] In broad terms, with the qualifications that have been noted above, I would subscribe to the view that the policies embodied in my version of the Washington Consensus are pro-poor but need to be supplemented in a world that takes the objective of poverty reduction seriously” Williamson J. (2000)

[4]  El índice de Gini es un número entre el 0 y 1, donde 0 corresponde a una perfecta igualdad (todos tienen los mismos ingresos) y 1 representa una perfecta desigualdad, también se puede indicar en %.

[5] El índice de desarrollo humano es un indicador social estadístico elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), está compuesto por tres parámetros: vida larga y saludable, educación  y nivel digno de vida, este indicador lo podemos interpretar como medidor del nivel de vida de las personas según el medio en el que se desenvuelve.

[6]  En el caso de la Anglo American Corporation en Johannesburgo, el recorte para salvar a trabajadores en el 2001 fue del 12%. El 88% de los trabajadores con salarios más bajos fueron despedidos de manera más barata una vez que se encontraron incapacitados para trabajar, y sus reemplazos fueron hallados en el 42% de sudafricanos que forman parte del ejército de reserva de desocupados de acuerdo a un estudio interno reportado por el Financial Times.

[7]  La ley Glass-Steagall nace tras la crisis del 29, su propósito era la no especulación con el dinero que la gente depositaba en los bancos. Esta ley se caracterizaba por separar a la banca de depósito de la de inversión, por crear una ley Sherman Act que impedía la competencia desleal entre bancas, y por vetar a los banqueros de participar en los consejos de administración de empresas industriales, comerciales y de servicios.

[8]  CDS son las iniciales de creadit default swaps (permutas de riesgo crediticio).

[9]  Lavoie, M, (2004).

[10]  El artículo 33.3 de la Constitución Española de 1978: Nadie podrá ser privado de sus bienes y derechos sino por causa justificada de utilidad pública o interés social, mediante la correspondiente indemnización y de conformidad con lo dispuesto por las leyes.

Author: RUDICS

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